Anduve unos días con el coche para matar el ansia de la novedad hasta que empezaron a ser demasiado fuertes las ganas de restaurar el juguete. El taller iba a ser la calle y el tiempo se presentaba bastante estable, compre un parasol y ala, a desmontar.
El estado del vehículo era francamente malo, según fui desmontando partes partes me di cuenta que tendría que cambiar absolutamente todo.
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